lunes, 10 de marzo de 2014

VIOLENCIA NO, PACIENCIA TAMPOCO

VIOLENCIA NO, PACIENCIA TAMPOCO

Quiero empezar por aclarar dos conceptos: primero, no soy partidario bajo ningún concepto de la violencia física ni de la violencia verbal y segundo, si soy partidario de tener la suficiente energía como para que nuestras razones se impongan y seamos capaces de reinventar un mundo justo que resuelva los problemas que nos acucian.

Los ciudadanos del mundo entero deben plantearse la inmediata disolución de la Organización de las Naciones Unidas por ser un instrumento caduco, manipulado por el derecho al veto de los cinco países más poderosos del mundo y que por tanto anulan y hacen ineficaz este Organismo, bastan algunos ejemplos:

La FAO no ha servido para remediar el hambre en el mundo, no ha servido para fomentar cultivos que provean de alimentos a los millones de personas que mueren de hambre, especialmente los niños.

La Unesco, no ha sido capaz de preservar los patrimonios artísticos, espacios naturales, de desarrollar un modelo cultural que fomente la cooperación entre todos los pueblos. Se ha destruido gran parte de nuestra cultura, se han permitido recortes en la enseñanza pero se ha permitido y fomentado la cultura de los más poderosos. 

La UNICEF no ha servido para acabar con los niños soldados, no ha servido para que todos los niños tengan posibilidades de educación.

Las tensiones militares y los conflictos bélicos localizados están a la orden del día, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no sólo ha fracasado sino que es un fraude en tanto en cuanto es un instrumento al servicio de las 5 potencias mayores del mundo y que ha permitido guerras muy localizadas lejos, de las grandes potencias ya que constituyen un gran mercado de ventas de armas y equipamientos militares.

Después de la Primera Guerra Mundial, se disolvió la Sociedad de Naciones por su enorme fracaso, creándose entonces la Organización de las Naciones Unidas que como ahora estamos comprobando ha sido también otro fracaso. El fracaso de dichos organismos, es el fracaso de la humanidad, es el fracaso de los que dirigen el mundo y es en definitiva, el fracaso que lleva a que una pequeña parte de la humanidad explote a una inmensa mayoría, ante la indiferencia de todos nosotros que buscamos refugio en nuestros equipos de fútbol, de béisbol o de baloncesto o en nuestras banderitas, patrias grandes y patrias chicas que se convierten en jaulas doradas que las hacen impermeables ante los millones de personas que sufren de hambre y desesperación.

Curiosamente gastamos más dinero en defendernos de los pobres que en ayudarles a salir de su pobreza. Puede que este artículo moleste a algunas sensibilidades pero esta ha sido mi intención al escribirlo.


Juan Miguel Portal Olea
Sociólogo

No hay comentarios:

Publicar un comentario