martes, 25 de junio de 2013

MÁS ALLÁ DEL FRACASO POLÍTICO

Estamos viviendo una situación política sumamente grave y lo más grave de todo ello, es que estamos esperando que se produzca un milagro y que de la noche a la mañana todo vuelva a ser hermoso, bellísimo y todos seremos unos candorosos hermanos a los que previamente, claro, se nos está exigiendo un sufrimiento capaz de acumular méritos para ese gran premio que será cuando se recupere lo que los políticos llaman "normalidad".

Esta filosofía emana de la colonización que de Europa está haciendo la democracia cristiana que parece que no sabe separar lo que es y no es del César y sin que nadie sepa cómo, tenemos unos gobiernos en la Unión Europea que en su propia definición ya se vinculan a una ideología religiosa.

Ninguna religión, y por supuesto tampoco las cristianas, puede ser compatible con la democracia, puesto que sus propios postulados son atribuídos a la superior interpretación de un ser supremo, con lo que un buen cristiano nace ya educado para aceptar sin más las normas que creen se desprenden de revelaciones divinas y claro, tampoco la participación de los cristianos en su vida religiosa es nada democrática, pues no se pueden discutir los sacratísimos textos religiosos, según ellos inspirados por Dios, si no que se aceptan sin más y por supuesto, que ni tan siquiera los feligreses de una parroquia pueden elegir al monaguillo, mucho menos al párroco, aún mas lejana la posibilidad de elegir a un obispo y finalmente al papa en el caso de los católicos.

¿Acaso con esa mentalidad, pueden llamarse demócratas?
El sistema capitalista, como todos sabemos tiene sus orígenes en el protestantismo, sencillamente ha entrado en un proceso entrópico y lo que yo pienso es que estamos asistiendo al final de una era o de una civilización si queremos, pues el sistema capitalista ha fracasado rotundamente, aunque se pretenda hacer reanimaciones esporádicas y a destiempo, hemos de partir de la idea de que no será posible ninguna acción que cambie el mundo, sin que previamente nos hayamos dado cuenta, que hay un fracaso global de una era como ya ha venido ocurriendo a lo largo de la historia: desapareció el poder griego, el egipcio, el imperio romano y aunque por supuesto duró el cambio años, al final el mundo funciona en grandes ciclos que al principio se aceptan con cierta esperanza y poco a poco van fracasando y es así como ha avanzado la civilización.

Estamos pues, guste o no guste, ante el final de otro gran ciclo histórico y hemos de entender que todas las acciones que hagamos intentando salvar un sistema condenado ya a extinguirse, serán estériles y por supuesto peligrosas. No olvidemos que cuando las fieras están heridas de muerte, sus últimos zarpazos son los más peligrosos.

El hecho de que los gobiernos estén subordinados a ocultos poderes económicos, de que la ONU haya fracasado rotundamente, que haya un tercer mundo absolutamente masacrado, que la corrupción sea la tónica general de la política, no es algo que se resuelve a través de los llamados sitemas democráticos, donde un sistema parlamentario, fruto de una absurda política electoral, impone sus ideas una vez ganadas las elecciones y a los electores se les dice que les hemos dado carta blanca para hacer. Lo grave es que luego hacen todo lo contrario y tienen el canallezco descaro de decir que representan la voluntad del pueblo.

¿Acaso el sistema parlamentario representa de verdad la voluntad del pueblo? Para mí hay un hecho insólito en nuestro parlamento en el que el señor presidente se permite el lujo de expulsar a los invitados a la tribuna, o sea a los dueños del parlamento.

Es tan absurda esta situación, que me planteo la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si el mayordomo de una casa de la alta sociedad expulsara al dueño de la casa porque ha bajado a cenar al comedor sin el traje de etiqueta?

Pues los políticos conocen muy bien esta realidad y se la saltan a la torera.

Para acabar os contaré una anécdota: Cuando era estudiante, di clases particulares al hijo de una familia muy rica de Granada, un día como ejercicio le propuse una redacción sobre una familia muy pobre, mi sopresa fue cuando comencé a leer el citado ejercicio, ya que comenzaba así: "Esto era una familia muy pobre, el padre era pobre, la madre era pobre, los hijos eran pobres, los criados eran pobres, el chófer era pobre, el jardinero era pobre...". Claro, para aquel niño no era posible concebir una familia que no estuviese compuesta por todos estos personajes. Pues esto es lo que les pasa a los políticos cuando reducen la pensión de la gente, que para ellos supone firmar un papel, para la gente supone el suprimir una o dos comidas al día.

Juan Miguel Portal Olea

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